jueves, 9 de agosto de 2012

Un genio anda suelto. A propósito de Alberto Garzón.

 Comentario a un artículo suyo que, teóricamente, se debería de poder leer en el enlace: http://www.agarzon.net/?p=1997

Gracias, como siempre, al trabajo de Futbolín, podemos, al fin, leer el artículo de Alberto Garzón, al que en nuestro post nos referimos y sin cuya lectura no tiene mucho sentido todo lo que sigue.


http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/27156-un-s%C3%ADmbolo-de-dignidad.html?tmpl=component&print=1

 De vez en cuando, la naturaleza nos obsequia con un genio.

 Y es que yo no creo, como hacía uno de mis poetas favoritos, que toda la claridad venga del cielo, en lo que sí que coincido con él es en que es un don, es decir que es totalmente gratuito.

 Creo que he leído por ahí que sólo tiene 25 años y me parece increíble, porque yo para pensar lo mismo que él, en el campo de mi especialidad, el jurídico, he precisado ni más ni menos que 64 años.

 Él es economista y, a lo mejor, del mismo modo que yo, que soy licenciado en Derecho, estudié 2 años Economía política, él, estudió, en su estancia universitaria, algo de Derecho, el caso es que sus razonamientos en este aspecto de su artículo son absolutamente perfectos si se hace abstracción de la técnica y del lenguaje específicamente juridicos.

 Pero no es esto, ni mucho menos lo que me ha llamado decisivamente la atención, impulsándome a escribir sobre él, sino el tono general de su artículo, del que se deduce todo lo contrario del que se extraía del de ese intelectual que traiciona no sólo a su clase, lo que no tendría realmente mucha importancia, sino al pueblo que lo alberga en su seno, el tal David Torres, del que escribíamos ayer.

 Decíamos ayer, y repetimos hoy, que lo esencial del intelectual es su compromiso con el hombre, con su natural capacidad de sufrimiento, tal como nos demostraron los últimos y definitivos filósofos existencialistas.

 Para ellos, el hombre es un ser abocado a la náusea, ante la angustia que le provoca la nada que se desprende de su conocimiento cada día más perfecto de lo absurdo de nuestra existencia.

 Y ellos escribieron esto hace casi un siglo, cuando la humanidad aún tenía ciertas esperanzas, si bien Arendt, la mujer espiritual de Heidegger, ya había escrito su formidable alegato “Hombres en tiempos de oscuridad”, sobre la peripecia vital de tipos como Benjamín, el autor de “Tesis sobre la filosofía de la historia”, que se quitó la vida ante la posibilidad de que lo alcanzaran los esbirros de Hitler.

 Estos esbirros que, ahora, Rajoy y sus muchachos mediante, nos están alcanzando a todos, al fin.

 Volviendo al tema, a mí, me ha costado comprender todo lo que Garzón expone como el que lava en el artículo que comentamos ni más ni menos que 83 años, de los cuales, más de 60 han estado siempre rondando lo que se cuece en los claustros universitarios y lo que realmente se produce en esa dura existencia que a veces concluye en los sótanos de las comisarías y de los juzgados.

 He tenido que leer mucho y sufrir más para atisbar un poco todo lo que este chico, para mí un tipo de 25 años es un chico, por muy genio que pueda ser, expone con una sencillez y claridad meridianas.

 La represión que ya se ha iniciado por los nazifascistas franquistas que este pueblo nuestro ha colocado al frente del gobierno de este irrisorio país, no cesará hasta concluir con todos los miembros de ese sindicato andaluz que se ha incautado de algunos alimentos en 2 hipermercados andaluces, en el centro de una vorágine judicial de mil pares de narices, he escrito narices, que conste, aunque para ello tengan que forzar las leyes hasta extremos realmente inconcebibles, porque la figura del hurto famélico que ampara estos hurtos por necesidad en todos los países que son realmente civilizados del mundo, será desterrada de un manotazo por gente como el Fiscal General de Estado de honda raigambre fascista y el melifluo e hipócrita Ruiz Gallardón, la otrora esperanza blanca, para ello se retorcerán las leyes, incluso ese artículo de la Constitución que tan acertadamente se cita en el escrito de referencia, y se dictarán los reales decretos necesarios para que esa posible racha de sucesos de la que podría ser el incidente en cuestión el inicio de nuestra plaza Tahrir sea abortado cuanto antes. Miedo me da de lo que esta gente puede llegar a hacer, amparada y jaleada por una de las prensas más canallescas del mundo.

 La distinción que tan claramente hace Garzón entre legitimidad y legalidad, equivalente plenamente entre la justicia y su mera apariencia es absolutamente necesaria que sea comprendida por todos los ciudadanos, algunos de los cuales, tal vez la mayoría, comienzan a pensar como los dueños de nuestra prensa quieren que lo hagan.

2 comentarios:

  1. LA IGLESIA DE LOS POBRES
    Por Aníval Malvar


    Sorprende sobremanera que los representantes de nuestra iglesia católica, la iglesia de los pobres, no se hayan echado aun a la calle en protesta por las políticas gubernamentales de supresión de ayudas a los pobres dependientes, de negación de la sanidad a los pobres sin papeles, o de eliminación de las limosnas a los pobres parados. Se conoce que les pilla en mala fecha.

    De otra manera, no se explica que esta iglesia nuestra tan animosa a la hora de echarse a la calle, ya sea contra el aborto, en loor de las interpretaciones históricas de Pío Moa, o en celebración de los casorios de las hijas de José María Aznar, permanezca ahora en los templos sin decir esta hostia es mía. Y sin darle tal hostia, por ejemplo, a Montoro.

    Es cierto que Jesucristo se ponía un poco plasta con tanta vindicación del pobre, del pescador y de la puta Magdalena (no confundir con la de Proust, aunque también se come), pero este silencio eclesial con los pobres modernos a mí me está haciendo perder hasta la fe en la Fe. Así que si mi jefe me echa del periódico por centrista, mis novias me abandonan por gorrón y Bankia me desahucia por chorizo, me voy a quedar sin nada. Sin siquiera Fe.

    Yo descubrí la importancia de la fe en horas tardías. Cuando las iglesias de muchos pueblos decidieron poner megafonía en los campanarios y emitir la misa, a todo volumen, a la hora de las cañas. Desde entonces, he escuchado mucha misa.

    En las misas, hay que reconocerlo también desde la izquierda, se habla mucho de los pobres. Los curas nunca los olvidan en las homilías, las plegarias y los rezos. Venga pobres por aquí, pescadores por allá y la Magdalena siempre dando el coñazo, nunca mejor dicho.

    Pero estos pobres de homilía suelen sonar a pobre antiguo, historiado, legendario, lontano, y no a Manuel Pérez, 46 años, parado y con tres hijos de dos, tres y cinco años, desahuciado por Bankia, con los niños en custodia estatal por desatención, con su mujer ya sin edad para prostituirse, pero intentándolo, y él pidiendo a la puerta de esa misma iglesia megafónica.

    Perdón por la crueldad necesaria.

    Quizá es desinformación mía, y monseñor Rouco Varela, en su sabiduría, está negociando en secreto con Mariano Rajoy la salvación de todos estos pobres modernos. Si así fuere, lo veo loable, pero creo que es un error de márketing por parte de nuestra iglesia. Al final, el pueblo llano, el palurdo, yo mismo, se va a creer que la única cita de Jesucristo que mantiene vigente nuestra iglesia católica es aquella que decía “dejad que los niños se acerquen a mí”. Cita que, no sé por qué, se suele interpretar tenebrosamente.

    En descargo de nuestra jerarquía eclesial, también habrá que significar aquí lo confusa que se ha puesto, tras la posmodernidad y el aggiornamiento, la definición de pobre. Ahora hay pobres, pobres de pedir, pobres de pedir papeles, pobres de pedir trabajo, pobres de pedir cañas, pobres de pedir tapa con la caña, pobres de pedir un voto, pobres de pedir más sanidad privada y pobres de pedir nuestra dignidad entera. Entre tanta confusión de pobre, la iglesia quizá no está sabiendo a qué pobre atender, y es comprensible.

    Me queda añadir a estas sabias reflexiones una sola cosa más:

    Id con Dios.

    http://blogs.publico.es/rosa-espinas/2012/08/11/484/

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  2. Bueno ya se quitó lo de las letras torcidas, enhorabuena Pepe, veo que dominas al monstruo informático, (:-))

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